A la secció de Moda del diari ElPaís he trobat una entrada a la que ens parlen de les noves tribus urbanes que s’estan imposant al nostre voltant. No sé si estareu d’acord o no, però jo les comparteixo amb vosaltres perquè us aneu preparant.
Steampunks, vida retrofuturista. Escuchan dark cabaret, música de los años 30 mezclada con electrónica, y organizan grandes reuniones temáticas. En la última, en Barcelona, fueron más de 300. «Este movimiento surge como inspiración de la novela Viaje al centro de la Tierra. Nos apasiona lo industrial, los cachivaches hechos por nosotros y formamos una gran familia que lo comparte todo», dice Víctor. La ropa que llevan es costosa, por eso han aprendido a coser para hacérsela. «Tardas más tiempo en adaptar un patrón al rollo steam que empezar de cero», asegura Vanesa, quien se encarga de las convocatorias en la Ciudad Condal a través de anacronicosrecreacionhistorica.blogspot.com. Sus vestidos evolucionan con el tiempo, se reciclan en otros. «De una crinolina pueden salir decenas de prendas nuevas». El 28 de septiembre tendrá lugar la primera feria Steampunk de Barcelona en L’Estació del Nord.
Malenis, todo por un ‘cupcake’. Las une el amor por la repostería y las cosas «cuquis», como ellas dicen. Algunas han hecho de esta afición su forma de vida y han creado negocios, como Laura, con su tienda Happy Day Bakery Coffee (happydaybakery.es); Alma Obregón, con su blog, su programa de televisión y su libro Objetivo: cupcake perfecto (El País Aguilar); o Patricia, con su taller y tienda La Galleta Prometida (lagalletaprometida.com). Pero, en general, los millones de fans de esta tendencia comparten la felicidad que les reportan los detalles bonitos, tanto en la cocina como en la estética. «Lo hecho a mano y, especialmente, los lazos», dice Eva. Pero sobre todo «llevar una ropa que te haga sentir femenina y con un toque vintage», cuenta Laura. Muy seguras de sí mismas, defienden su estilo. «Me da lo mismo si parezco cursi, resumo todas mis aficiones en mi imagen», explica Alma.
Lolitas, una mirada al país del sol naciente. En 1992 surgió la banda nipona de visual kei Malice Mizer. «Su guitarrista, Mana, se vestía de mujer y creó el movimiento Lolita en el mundo. La primera vez que lo ví decidí que quería vestir como él, pero costaba mucho, la ropa no era fácil de encontrar», cuenta Verónica, quien se hace sus propios vestidos y los vende en su webindrolita.bigcartel.com. A veces se sienten incomprendidas en nuestro país. «Nos llaman machistas por nuestra estética, ¿cómo vamos a serlo si seguimos una corriente creada por un travesti japonés?», dice Magda, quien ha abierto en Barcelona la tienda de ropa Madame Chocolat (madamechocolat-shop.com). La firma más famosa es Baby, The Stars Shine Bright (babyssb.co.jp) y vende prendas como las de Magda. «Fusiona ilustración y moda. A partir de 600 euros encuentras alguna reventa, pero nosotras potenciamos lo hecho a mano. Compramos a artesanos nacionales, como el valenciano Fidel David. La gente no sabe que en España hay tantos ilustradores y diseñadores de Lolita como en el resto de Europa. En la convención de París, la mitad éramos españoles».
Roller girls, a otro ritmo. Las chicas más urbanas están tomando las riendas de los deportes de ruedas. Pero se empeñan en explicar que hay mucha diferencia entre ellas, dependiendo de los esféricos sobre los que se desplazan. «No es lo mismo ser una roller, una tradi, unaskate, una longboard, etcétera. Hay muchas modalidades y cada una tiene su estética», dice Irene. Y eso también se nota en el vestuario. Las que practican longboard, como Nuria y Laura, van con camisetas de chico. «Las recortamos nosotras mismas teniendo muy en cuenta la comodidad y nuestra película de referencia, Los amos de Dogtown», dice Laura. Sin embargo, sobre patines todo cambia. «Llevamos vaqueros apretados o leggins y la raya del ojo pintada. Algunas con una estética rockera, como en la película Whip It Rollers girls», cuenta Ana. Se suelen juntar, después de estudiar o trabajar, en lugares bien asfaltados y sin circulación para los coches, pero la última gran cita que acaban de tener ha sido en Madrid, en el Festival de Tendencias Urbanas Mulafest (mulafest.com).
Bronies, tributo a los pequeños ponis. Todo comenzó en Estados Unidos en octubre de 2010, cuando se presentó la serie de televisión My Little Pony. Los foros de Internet comenzaron a echar humo entre amantes y detractores y se formó la primera comunidad Brony. «En la última convención de Estados Unidos se juntaron 4.000 personas. Nos encantaría llegar a tener esos seguidores en España, pero nos reunimos por primera vez el año pasado, y ahora hay 360 registrados en la red Spaniard Hooves», explica Fernando. Se caracterizan por «humanizar» a su animal favorito. «Te vistes de su color, fabricas unas orejas, unas alas y das rienda suelta a tu imaginación para crear el vestuario que llevaría tu poni predilecto», dice Mai. «La gente no sabe que los valores que transmite la serie son el amor y la tolerancia. Piensan que es para niñas de cinco años, pero hay referencias al El fantasma de la ópera e Indiana Jones», dice Mel.
Salut i tendència!
Vist a ElPaís.
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